domingo, enero 29, 2006

proselitismo

sábado, enero 28, 2006

La abominable gremlin de las nieves

Hace poco, la comunidad arqueológica nos sorprendió con el descubrimiento del “homo floriensis”.
Un homínido que vivió en la isla de Java, hace la tira de años.
El rasgo más característico del “homo floriensis” era su escasa estatura.

El hecho es que la existencia de este homínido, podría justificar la presencia de enanos en multitud de mitologías de culturas antiguas.

Bien. Pues desde aquí, hago una llamada a la comunidad científica.

He descubierto una nueva especie de homínido.

Su hábitat se debe hallar en las estibaciones de la Serra de l´Obac.
Allí se le realizo esta magnifica instantánea. La sorprendimos intentando acceder a un recinto privado, seguramente en busca de algún tipo de alimento.

Gracias a la sangre fría del reportero, sangre fría que le permitió permanecer quieto mientras todos los demás que allí estábamos huíamos, hoy os puedo mostrar este documento
Hoy os voy a mostrar una imagen de la que nadie podrá dudar. La foto de una de esas criaturas. Un primer plano sorprendente. En el que se aprecian la maldad que aflora a esos ojillos.
También debes fijarte en la cantidad de pelo que asoma por debajo de esa capucha.
Se podría decir de ella que seguramente, toda su piel (menos el contorno de los ojos) se halla cubierta de pelo.
La capucha seguramente estará compuesta de algún tipo de hojas o cortezas del bosque.
Un signo evidente de inteligencia. La fabricación de ropa con los materiales que obtiene de la naturaleza es un signo inequívoco de adaptación al medio.





 



¿Nos hallamos ante el eslabón perdido? Posted by Picasa

viernes, enero 27, 2006

Adán y Eva

Antes de nada. Gracias Guillermo.
Después, dos cosas.

Primera: Antes de seguir leyendo esto, asegurate de tener colirio a mano.
Si tienes el teléfono de la óptica a mano, ves reservando hora. Te hará falta.

Segunda: No se me ocurre ningún aviso importante mas. Si llegas abajo del todo, comenta algo. Aunque solo sea por demostrar el esfuerzo y tiempo empleado.
El autor, como muestra de agradecimiento, le rezara una novena a Nuestra Señora de las Chancletas por la salvación de tu alma.

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Adán lo sabía.
Sabía que esa misma noche iba a asesinar a su mujer.
Había estado planeándolo durante mucho tiempo. No se iba a echar atrás ahora. No podría soportarlo durante más tiempo.

Había comprado todo lo necesario el mes pasado, en el supermercado de la capital, para pasar desapercibido. Esas cosas, en un pueblo pequeño, llaman demasiado la atención. Todos sus vecinos conocían sus hábitos y comprar algo fuera de lo común, le costaría dar demasiadas respuestas para justificarlo.

La noche anterior, Adán no había dormido nada. Se pegó toda la noche en vela, valorando las opciones, los pros y los contras del acto que estaba apunto de cometer. A eso de las tres de la madrugada, harto ya de dar vueltas en la cama, se levanto. Se puso el pijama en silencio y sin encender la luz, para no despertar a Eva. Salio al comedor y busco lo necesario para escribir una carta. Se sentó en la mesa del comedor y se puso a mirar los folios en blanco.

Adán nunca había escrito una carta. Hoy tenia que escribir dos.

Una era para su hijo. Una despedida. A su hijo no le hacia falta explicarle las razones.
El le comprendería. Fue mas bien un para aclarar un par de cosas, relativas a papeleos, herencias, la llave del gas, la de la luz y la del agua. Por cuanto podría vender todo... y quien del pueblo, podría estar interesado.
Y desearle suerte en la vida.

La otra carta era más difícil. Era para las autoridades. Explicaciones. Una justificación de sus actos y una demostración de su plena lucidez mental. En la carta asumía la total responsabilidad del acto cometido.
Pero poco más ponía. Por más que lo intento, no fue capaz de explicar los verdaderos motivos que le llevaron a cometer aquello.

Para cuando amanecía, Adán sellaba las cartas y las dejaba preparadas encima de la mesilla de noche.
Se fue a la cocina y puso a calentar un vaso de leche, se lavó la cara con agua fría (siempre agua fría) y se peino. Volvió a la cocina y se bebió la leche, con un par de galletas. Se vistió en el comedor para no despertar a Eva y volvió a la cocina.
Preparo una papilla de frutas en un bol. Lo dejo preparado en el microondas.
Fue al baño, preparo una palangana con agua caliente, las esponjas, toallas, un pañal y los polvos de talco.
Ya estaba preparado para despertar a su esposa.

Entro en la habitación y abrió las persianas. Puso en marcha la radio a un volumen bajito y despertó a su mujer con cariño. Le acaricio la cara mientras le hablaba, con todo el cuidado del mundo. Poco a poco le fue ayudando a despertarse. Procuraba estar siempre alegre y animado con ella. Pero cada día le resultaba más difícil. Le cambio el pañal, la lavó de arriba abajo y la vistió.
La sentó en la cocina, calentó la papilla y mientras se la daba, escuchaban las noticias.
Le quito el babero, recogió la cocina y se llevo a su mujer a dar el paseo matutino.
Era una mañana preciosa. Como había llovido algo durante la madrugada, la atmósfera estaba limpia. Todo brillaba con un color nuevo, mas calido. La luz iluminaba todo de otra manera. Daba la impresión de estar dentro de una postal.
Fue poco a poco, dando la vuelta de cada día. Pasaban por la panadería, por el kiosco y por la plaza, donde se paraban un momento a descansar. Adán, siempre que el tiempo se lo permitía, aprovechaba para leer la prensa allí. Sentado en la plaza.
Al llegar a casa sentó a Eva en su mecedora. Siempre la ponía en el mismo sitio. Tenían una enorme cristalera con unas vistas del puerto del pueblo.
Adán recordaba muchos domingos por la tarde pasados allí. Charlando con ella.
O callados los dos, cada uno distraído en su propia afición. Ella adoraba leer, el mientras, disfrutaba montando alguna maqueta de barco. Y así pasaban toda la tarde callados, pero disfrutando cada uno de la presencia del otro.

Pero eso era antes de la enfermedad.
Ahora ella no hablaba.
Nunca.
Ni demostraba el más mínimo signo de inteligencia.
No era más que un cuerpo vacío. Un maniquí. Una especie de caparazón que cubría a la persona que había dentro. Pero que ya no estaba ahí.
Como el capullo que cuelga vacío de una rama, justo cuando lo ha abandonado la mariposa.
En eso se había convertido Eva.

Adán abrió las ventanas de las habitaciones, hizo las camas (hace tiempo que dormían en distintas camas). Recogió la ropa sucia, puso una lavadora y barrio la casa.
Después cerró las ventanas.
A mediodía hizo la comida de los dos, paso por el turmix la ración de Eva, se la dio y después la acostó, para que durmiera la siesta. Entonces y solo entonces se pudo sentar a comer el.

Recogió la mesa, lavo los platos y se sentó a resolver el crucigrama del periódico.

Aprovecho el rato del que disponía para poner más en orden su casa. Prepararla para la entrada de desconocidos, adecentarla y dejar en orden hasta el más mínimo papel.
Cuando termino se fue a la cocina, preparó dos manzanas, las lavó, las partió en pequeños trocitos y las puso en un plato. Cuando las tuvo listas, fue a despertar a Eva.

Estaba preciosa. El paso del tiempo no la había estropeado. Mas bien al contrario. Su piel, con el paso del tiempo había adquirido un color más oscuro, sin duda alguna provocado por las largas jornadas de trabajo al aire libre. Alrededor de los ojos, tenía algunas arrugas, pero lo único que conseguían era enfatizar aun más su mirada.
Le habían salido algunas canas, pero le daban un aire más interesante.

La despertó con un beso. La levanto, la peino y le dio la merienda.

A media tarde bajaron al puerto. Cogían el camino largo, para evitar dos tramos de escaleras. Adán tenía miedo no fuera a caerse Eva. Adán no tenía ya los brazos como cuando era joven, y no sabia si seria capaz de soportar el cuerpo de su mujer, si esta tropezaba en las escaleras. Prefería dar un rodeo de diez minutos, a verse en la situación de despejar la duda.
Caminaron un ratito por la playa, y se sentaron a tomar e sol en el espigón del puerto.

Allí Adán no pudo contenerse y se echo a llorar. Recordaba como le gustaba a ella aquel sitio. Aquel había sido su rincón. Allí compartieron alguna botella de vino y muchas risas. Algunos llantos también fueron vertidos en aquel escondite y al recordarlos no pudo contenerse.
Algo mas tarde, ya recompuesto el aspecto, se paro a echar un vasito en lo del Pedro.

Pedro era su único amigo, los demás, eran meros conocidos. Se conocían desde siempre. Habían pescado juntos en muchos barcos distintos, bajo el mando de varios capitanes e incluso habían vivido juntos un naufragio.

Cuando estaba con el, no hacia falta llenar el ambiente de palabras huecas. Con Pedro, podía disfrutar del silencio. Y además, ya casi no les hacia falta cruzar ni palabras. Una especie de conexión mental los unía. Un simple gesto, una mirada era interpretada en su sentido correcto.
Al jubilarse, Pedro monto una especie de bar. Y Adán pasaba por allí a menudo.
De hecho era bastante común verlos allí a los tres solos. Ellos dos eran casi su única clientela. Un par de veces por semana, Pedro preparaba la cena para los tres, cerraba la persiana de la calle y se quedaban allí los tres. Cenando.
Recordando viejos tiempos.

Nada mas entrar al bar, Pedro le sirvió un chatillo de vino.
Y siguió fregando los vasos, absorto en la radio. Adán lo llamó

-Pedro.
-¿si?
-Adiós.
-¿Es esta noche?- dijo Pedro dejando inmediatamente el vaso que tenia entre las manos.
-Si
-¿Estas completamente seguro de lo que vas a hacer?- Le pregunto, mientras se rascaba la cabeza. Lo estaba mirando con los ojos bien abiertos y con una mirada rara. Las lágrimas asomaron a sus pupilas. Sabia que ese adiós era definitivo, ya lo habían hablado antes.
-Si

Pedro salio de detrás de la barra, secándose las manos en el mandil. Le dio un beso en la mejilla a Eva. Se separo un par de metros y le echo un último vistazo. Tuvo un especial cuidado por archivar en su memoria cada pequeño detalle de aquel cuerpo. Cuando se aseguro de que lo recordaría para siempre, se dirigió hacia Adán. Lo que empezó como un apretón de manos acabo fundiéndose en un abrazo largo y profundo.
Un abrazo de esos que no se pueden fingir.
No hacía falta decir nada. Los dos se conocían demasiado bien como para saber que no serviría de nada intentar convencerlo de que desistiera.
En el fondo, Pedro, pensaba que Adán, hacia lo correcto.

Cuando se separaron nadie dijo nada. Simplemente Adán se dio la vuelta, agarro a Eva por el brazo y caminaron hacia la puerta. Al cerrarla, Adán escucho como Pedro preparaba una botella de vino y un vaso. Supuso que esa seria su despedida particular.
Arranco a andar hacia casa, con una media sonrisa pintada en la cara.

Al llegar a casa preparo la bañera.

Enchufo el calefactor y espero a que el baño adquiriera la temperatura deseada. Entonces entró a su mujer, la desnudó y la metió en la bañera.
Se quedo mirando aquel cuerpo. Cada centímetro de piel le era familiar. No había una sola peca, ni una cicatriz, que el no tuviera perfectamente cartografiada. Era una linea de costa que Adán, había recorrido miles de veces.
El sabia que si pasaba la yema del dedo, con cuidado, por aquella cicatriz, Eva sentiría un escalofrío. Sabía donde debía pulsar para provocar cosquillas. Sabia de memoria donde estaban exactamente los doce lunares que su mujer tenia distribuidos por el cuerpo. Sin mirarla.

Sin dudar.

Se lo pensó dos veces y decidió desnudarse.

Se metió con ella en la bañera.
Primero fue la higiene. Le lavó el pelo con el champú que ella usaba antes de que empezara la degeneración. Aquel champú tenía un fuerte aroma a melocotón. Adán siempre que se comía un melocotón, se acordaba del pelo de su mujer.
Cuando estuvo perfectamente aclarado, paso al cuerpo. Cogió la esponja, le puso un buen chorreón de jabón y repaso toda la piel de Eva. Frotó enérgicamente en algunos sitios y con sumo cuidado en otros. Descubrió una rozadura en el codo de su mujer, tomo nota mental, para curarla mas tarde y cuando estuvo seguro de que ella estaba bien limpia, la aclaró.

Entonces se lavo el. Un chorro generoso de jabón en las manos, sin esponja, y a frotarse.
Desde la cabeza a los pies. Un chorro rápido para quitar la espuma y ya está.
Limpio.

Después se dedico a observar a su mujer. Siempre le había gustado mirarla desnuda. Y a ella siempre le había dado vergüenza. Siempre que lo descubría mirándola, se tapaba rápidamente y hacia alguna broma.
No es que fuera una mojigata. En la cama, Eva siempre se había entregado con locura. Con locura y un puntito de perversión. Siempre había resultado endiabladamente atractiva para el.

Noto que algo despertaba en el y sonrió. Era normal. Desde que Eva se sumergió en esa locura el no había mantenido ninguna relación. ¿Cuanto tiempo hacia ya? ¿Cuatro años? ¿Cinco?

El hecho de que se enfriara el agua, le sacó de sus ensoñaciones. Rápidamente cerró el grifo. Sentó a Eva en el suelo de la bañera. Salio del agua, acomodó mejor a Eva y se secó.
Se colocó la ropa interior, preparó una toalla limpia y sacó a su mujer del agua.
La secó, le curó la rozadura del codo, le puso talco, el pañal y su pijama. La sentó en la mecedora, le puso una mantita por encima, encendió la radio y se volvió al baño.

Adán se afeitó esa noche con un cuidado especial. Con las pinzas, se quito algún pelo suelto del entrecejo y recogió el baño. Con una toalla, enjuagó los grifos, para que no les quedaran manchas de cal. Puso las toallas en el canasto de la ropa sucia y abrió la ventana para que se ventilara el ambiente.
Al salir, se aseguró de cerrar bien la puerta, para que no se enfriara el resto de la casa.

Le echó un vistacillo rápido a Eva, para comprobar que todo estaba en orden y se fue a la cocina.
Preparó la cena, pasó por el turmix la ración de Eva, troceó un plátano para el postre y le dió de comer.
Después cenó el.
Recogió la mesa, fregó los cuatro cacharros y se sentó en el sofá.
Encendió la tele y se buscó un canal donde dieran noticias.
De golpe no pudo reprimir una carcajada. Cuando terminó de reír, dijo por lo bajini:

-Ahí os quedáis, capullos. Que os den.

Se levantó, encendió la radio y se dedicó un ratillo a sus maquetas. Le sabía mal dejar esta a medias. Era un buen barco.
Cuando se hartó se levantó, recogió sus cosas, ordenó el comedor por última vez y se fue con Eva a la habitación. La acomodó en su cama y saco una bolsa del armario.
De la bolsa sacó un brasero y de debajo de la cama un saquito de carbón, que ya tenia preparado de antemano.
Recordó que los rollos de precinto estaban en la galería, junto a su caja de herramientas. Fue a buscarlos.
Volvió con ellos a la habitación y se entretuvo en sellar perfectamente las juntas. Colocó el precinto de una manera metódica. Para el aquello era casi un ritual. No debía entrar nada de aire en esa habitación.
Para la parte alta, le fue necesario subirse a una silla. Cuando terminó descansó un poquito. Lo justo para echarse un pitillo en el comedor.
Mientras fumaba, buscó la linterna. Con ella en la mano, cortó el gas, cerró la llave de paso del agua y por ultimo, cortó la luz.
Volvió a la habitación sumido en la penumbra. No le hacía falta todavía encender la linterna. Conocía el camino a la perfección. Podría cruzar toda la casa con los ojos vendados. Sabe donde esta cada cosa. Cada posible obstáculo con el que tropezar, esta perfectamente anotado en su mente.
¿Qué será de su casa después?

Vuelve a la habitación, cierra la puerta, enciende la linterna y sella con el precinto toda la junta. Cuando acaba con la puerta, enciende el brasero.

Completamente a oscuras termina de acostar a Eva, la tapa, le da un beso de adiós y se va a su cama.
Solo le queda echarse a dormir.

Sabe que se dormirá y ya no despertara más. Sabe, que la combustión del brasero, dejara la habitación sin oxigeno. Pero le da igual. No se dará cuenta. Antes habrá caído en un dulce sueño. Que será el último.

Por fin podrá descansar.

Justo cuando notó que empezaba a perder la conciencia dijo:

-Eva, te quiero.


-Yo también te quiero, Adán

No podía ser.

Lo había escuchado perfectamente. Con el tono de voz de Eva y con la forma tan musical que tenia ella de decir las cosas.
Entonces escucho como ella se ponía de pie.
Era imposible.
Pero era demasiado vivido, demasiado real.
Notó como se deformaba el colchón de su cama al sentarse ella. Notó como apartaba las sabanas y se acurrucaba a su lado.

Encajaron los dos, uno en otro. Ella se tumbo de espaldas, incitándole a coger la postura en la que siempre dormían cuando ella estaba bien. El, encajó sus rodillas en las corvas de ella. Puso su brazo sobre sus nalgas y acerco la cara a la nuca de Eva. El le calentaba los pies y fue feliz, disfrutando ese momento. Así estuvo todo el tiempo que fue capaz de aguantar consciente.

Sabia que se trataba de una alucinación, posiblemente debida a la falta de oxigeno. Sabia que el estado de ella era irreversible, que lo que estaba notando era un desvarío. El daño neuronal que ella sufría, era demasiado grave como para tener algún momento de lucidez. Pero le daba igual.
Estaba con ella.
Su último pensamiento consciente fue el intenso aroma de melocotón maduro que emanaba del pelo de Eva.

A los dos días, Pedro, extrañado por la falta de su amigo (eso fue lo que le dijo a las autoridades) encontró los cadáveres.

martes, enero 24, 2006

Cronica negra

La gollum me tenia ocupada la conexión, a si que me encontraba tumbado en el sofá, disfrutando de los efectos combinados de la codeína (por el resfriado) y del cannabis (por el vicio) Me hallaba en un estado metal algo disperso. Plenamente metido en un programa de la tele que resumía la jornada futbolera del pasado fin de semana. No os imagináis lo absorbente que puede resultar la tele bajo un estado mental alterado. Estaba alucinando con los goles repetidos a una velocidad súper-lenta

Me hallaba tumbado en el sofá, con los botones de los tejanos desabrochados, los faldones por fuera y descalzo, pero con las zapatillas de andar por casa a mano. De repente, escucho un coche. Mi primer pensamiento fue:

-La hija de la vecina llega cada día mas tarde. No esta mal, un lunes y llegar a las doce a casa.

No es que a mi me importe, pero me parece que el abuso de programas marujiles al que someto mi cerebro esta pasándome factura. Entre el delantal, el plumero y el pañuelito anudado en la cabeza (mi uniforme de trabajo casero) y el vicio que le he cogido a Maria Teresa Campos, me estoy volviendo un ama de casa cualquiera.

En vez de pasar de largo, el coche se paro en mi propia puerta. Cosa que me extraño bastante. No suelo recibir muchas visitas un lunes a eso de la medianoche. Y menos sin previa invitación.

Llaman al portero, miro y noto que se colocan estratégicamente para que la cámara del video-portero no los capte. Hecho que me mosquea bastante. Paso de abrir y me voy hacia el balcón, sitio desde el que tengo una vista privilegiada de la puerta de la calle. Por el camino me cruzo con la gollum, esta me mira con cara de asustada y me pregunta si espero a alguien. -¿A quien coño crees que puedo esperar a estas horas? Es mi respuesta inmediata. Agarro el bate de béisbol que guardo por si las moscas, y me asomo.

La policía.

LA POLICIA????????

Mierda.

- ¿Si? Buenas noches, ¿qué desean?
- Buenas noches. ¿Es usted Jota Borbón y Borbón?
- Si, un momento que bajo.

Era preferible que bajara yo a la calle que no que subieran ellos, la gremlin acostada, la jefa durmiendo, el comedor manga por hombro (suelo recogerlo por las mañanas) y para acabar de redondearlo el tuperware donde guardo las cosillas de fumar (un paquete de rubio, una postura mediana, dos librillos de papel y un cacharrillo de esos de guardar los carretes de fotos, lleno de maria) esta tirado justo en mitad de la mesa, al lado del cenicero donde humeaba medio petardo.

Me adecento, agarro el chaleco y bajo.

-Buenas noches, ¿ocurre algo?

Me doy cuenta de que uno de ellos, me reconoce. Al verme la cara, un brillo especial en la mirada le delata. Yo también le reconozco. Éramos antiguos vecinos.
No es mal tío, incluso me cae simpático. Una vez, supongo que engañado, intento enrolarme en una “pirámide” de esas en la que todo el mundo gana dinero. Lo único que necesitaba para hacerme rico, era medio millón de las antiguas pesetas y cinco primos a los que liar, para que pusieran otro medio kilo.

Yo dije que no. (La JEFA dijo que no) y tres meses después, leyendo el periódico descubrí que no se trataba mas que de un pufo. Nunca le hice un comentario al respecto al vecino. Seguimos hablando como si no hubiera ocurrido nada.
Supongo que no lo hizo con mala fe.
Pues este mismo vecino, es ahora uno de los jefecillos de la policía local. Una especie de encargado del turno de la noche, con categoría de inspector y todo.

-Hombre, cuanto tiempo. ¿Como esta la familia? ¿Que es de tu vida?

Si me tiene que llevar detenido, que por lo menos, le joda la noche.

-Bien, gracias. No sabía que vivías aquí. ¿Tú conduces un camión? ¿No?
-Si ¿por?

Mientras espero la respuesta, mi mente analiza toda la tarde en el curro. En busca de un posible accidente. (Demasiado escandaloso, me habría dado cuenta)
o hecho denunciable. (Algo bastante común) (Pero que no explica la presencia de estos dos en mi puerta a estas horas)

-Es que esta mañana un camión ha tirado al suelo un poste de la luz. Y esta noche, que casualidad, hay uno aparcado en el mismo sitio. Con marcas como de haber tropezado con un poste. Que curioso.
¿No?
Además, en la puerta, lleva rotulado “Transportes J.B.B.” siglas que cuadran con tu nombre y apellidos.
Me ha dado por mirar en el padrón y, mira tu. Además vives en la misma zona. No se, como que me da para pensar mal.

Lo del poste lo había visto esta mañana. Recuerdo perfectamente haber pensado que debía haberlo hecho un camión. Un coche no lo habría roto a esa altura. El poste estaba partido como a un metro de alto. Además, un coche NO SE HABRIA PODIDO MARCHAR. El poste era de esos de hormigón armado.

-Pues no se quien habrá sido. Por que yo, el camión, no lo traigo a casa. Trabajo para tu mismo jefe. ¿Recuerdas? Un camión grande y amarillo, con luces que dan vueltas ¿Te suena? Me has visto más de una vez. Incluso me has echado la bronca por pasarme el código de circulación por el forro.

(Trabajan en la calle como nosotros y saben que alguna vez debes entrar de culo en una calle contra dirección, cortando el tráfico como te da la gana. Llegan te abroncan, para hacer el papelito delante de los presentes, y no te multan, por que lo entienden.)

- Hostias, si. No sabes como lo siento, tío. ¿No te habré asustado? ¿Estabas durmiendo?
-No, tranquilo, estaba tumbado embruteciéndome la mente con drogas y televisión, además, que venga la policía a buscarme a casa, a eso de las doce de la noche, un lunes, no es motivo suficiente para que me asuste. Tranquilo. Agradezco la visita y subo a casa, a sufrir un par de infartos.
Buenas noches.

-Buenas noches y lo siento tío. Jejejejeje (risilla nerviosa) Perdona, pero es que todas las pistas apuntaban a ti, ya sabes, rollo policial y eso.

-Nada. Tranquilo. Hale, a seguir con la ronda, buen servicio.

Subí el tramo de escaleras con ciertas dificultades debidas al temblor que sufría en las rodillas. Me hice caquita. Pero salí adelante como un campeón, con la cabeza bien alta.

Cuando llegue arriba note que la gollum me miraba con cierta admiración, como se mira al jefe de la manada o al anciano de la tribu.

La adrenalina nos mantuvo despiertos un buen rato, charlamos sobre la experiencia vivida por los dos, y nos reímos mucho.
El porro que había dejado a medias antes (¿recuerdas? es una pila de letras hacia arriba), me lo termine entonces. Supongo que por eso nos reímos tanto

domingo, enero 22, 2006

Música

El hombre que no lleva música en su alma,
O que no responde al dulce son de sus acordes
Es por que es proclive a la traición, la estratagema y el expolio.
Las emociones de su espíritu son oscuras, cual la noche
y sus efectos negros, como el erebo.

No hay que fiarse de tal hombre.

El mercader de Venecia. W. Shakespeare.

PD. ¿Me estaré volviendo una “lolita”?
Cada vez me gusta más este tío.

jueves, enero 19, 2006

Manic meme

Y van dos...

Chasky, ¿Te debo dinero, te caigo extremadamente mal o algo?

¿Como eres así conmigo?

El caso es que yo tengo un montón de manías. Jack Nicholson, para prepararse bien este papel, se vino a vivir a casa una temporada.

Voy con alguna de ellas:

-Me quito la ropa a lo rápido. Debe de ser herencia de la mili.
La parte de arriba todo de una vez. Camiseta, jersey y chaleco (suelo usar chalecos de esos “acolchados”. De esos azules que suelen regalar los talleres. Con muchos bolsillos)
Bien, pues eso sale todo de un solo movimiento. Y se queda todas las mangas en su sitio. Listo para ponérmelo en tan solo un segundo.
Me quito las bambas sin desabrocharme los cordones, las llevo con la suficiente holgura como para ponérmelas sin utilizar las manos, con dos rápidos movimientos de tobillo los pies encajan dentro.
Y de los tejanos, desabrocho solo tres botones y entran y salen bien. Gayumbos y calcetines bien localizados en el primer y segundo cajón del cabecero de la cama.

Tardo como treinta segundos en vestirme o desvestirme, según sea el caso.

-No pregunto nunca si me pierdo con el coche. Prefiero dar quince vueltas buscando una calle, que parar y preguntarle a alguien. Y en el hipotético caso de que me sea indispensable, iré siempre a preguntarle, a alguien con el coeficiente intelectual del “cuñaaaaooo”
Perra suerte.
(Esta regla no es aplicable al camión)


-Necesito bolso, mochila, macuto o lo que sea. Pero nunca una riñonera. Bajo ningún concepto.
Últimamente acarreo con una como esta, pero también he pasado por esta otra
Siempre las llevo llenas. Libretas, bolis, caramelos, el MP3, una navaja (siempre va bien para el curro, mal pensados), algún libro y un largo etc.
Además, siempre llevo enrollado en un asa de la mochila, un metro de cordel. Otro habito adquirido en el cuartel. Me ha sacado de algún apuro.

- De los bocadillos de pan de molde, siempre me como primero la corteza, para poder disfrutar más la moya, sobre todo si son de NOCILLA.

- Vivo en una especie de caos ordenado. Me explico. Están todas mis cosas desordenadas. Pero yo se perfectamente donde esta cada cosa. Cuando lo ordena mi mujer, no soy capaz de encontrar nada.
Por supuesto, si mi mujer me manda a buscar algo, no se, el sacacorchos por ejemplo, no lo encuentro nunca.
Pondré la cocina patas arriba y no lo encontrare. Aunque este la niña dándome con el en la cabeza.

Y tengo muchas más. Pero creo que ya me he avergonzado bastante.

Y pasárselo a alguien, hummm, a ver ........


Sin duda alguna me gustaría conocer alguna de las “peculiares” manías de Mr. Incógnito.

Y a Bito no se si pasársela, en bastantes jardines se mete ya el solito...

No se si llegare demasiado tarde a pasárselo a Willy

Actualización un rato mas tarde.

Nomino a ERIDE¡¡¡
Gracias Bereni-C, pensaba que Eride ya estaria archinominadiiiisima.

Los demás seres a los que les deseo esta tortura ya han pasado por ella, una lastima...

miércoles, enero 18, 2006

Txellandia

Tengo que hacer algo. Vivimos en un país que no tiene una verdadera democracia. En una democracia uno puede escoger entre un partido de izquierdas y otro de derechas. (Las otras opciones son, un tanto originales)
Aquí no. Aquí puedes escoger entre un partido de derechas o un partido de EXTREMA derecha.
Y lo peor es que ninguno de los dos es serio. Uno espera de sus “lideres”un mínimo de preparación y responsabilidad.
Pero cuando uno se da cuenta de que le gobiernan dos bobos, que lo único a lo que se dedican es a insultarse entre ellos y reñir como niños en el patio de un colegio, cuando ves que cualquier tipo de acción política a largo plazo (léase mas de cuatro años, lo que dura una legislatura) es imposible, uno empieza a sentirse estafado.

No hay que más que ver lo que le han hecho a los adolescentes actuales. Meras victimas de una guerra sucia política. Entre todos, han hecho de ellos unos analfabetos funcionales, incapaces de escribir cuatro palabras seguidas sin meter tres faltas. Y me diréis que esto no es así, que no son más que exageraciones mías. Me traeréis alguno que no, pero por cada una de estas honrosas excepciones, yo os puedo enseñar cuatrocientos espacios de Messenger.

Otro ejemplo.

Los medios. Mas que medios de comunicación, parece que sean medios de adoctrinamiento.
Date una vuelta por el dial de la radio. Cómprate varios periódicos. Enseguida te darás cuenta de que hay una guerra declarada. Hay dos bandos claramente definidos.

Y los únicos que perdemos somos nosotros.

Por todo esto, y mucho mas que me dejo en el tintero, por falta de tiempo, ganas y por que ya me empieza a doler la mano por falta de habito de escribir a bolígrafo (hay que tener en cuenta que escribo esto en una libretilla chunga desde la cabina) he decidido tomar medidas.

He decidido declararme una especie de CHRISTIANIA, pero con monarquía y desde hoy he decidido crear la “ciudad” libre de TXELLANDIA, de la que me declaro regente, en espera de que su graciosa majestad Meritxell I (vulgo gremlin) alcance la madurez y plenitud mental necesarias para gobernar.
Como bandera, la ciudad tendrá un trapo negro, con la estampa de un lunnie y dos tibias cruzadas debajo. Como himno nacional, yo como regente, decreto que sea “hola Don Pepito, hola Don José”. Que se interprete en una versión orquestada y con gran pompa y boato en cada acto oficial.

Todo visitante será bien recibido, siempre que traiga un jamón, una caña de lomo o una botella de patxarán.
Nadie será discriminado por motivos de sexo, raza o religión. Excepto si eres de color lila y adoras los abonos al transporte publico como encarnación de Dios en la tierra.
(Serias demasiado rarito para nuestros gustos)
No hará falta ningún tipo de DNI ni pasaporte en TXELLANDIA, eso si, el carné de la biblioteca será obligatorio.

Bueno, esta anocheciendo, y mis ojos empiezan a protestar por la falta de luz. Encima hoy llevo una maquina vieja, y las lámparas interiores alumbran menos que una po*a liada en un trapo.

Esta noche, cuando su graciosa majestad Meritxell I sea acostada por la presidenta del gobierno (la jefa) y la ministra de interior (gollum) se baje a sus aposentos, pienso celebrar el nacimiento de esta pequeña ciudad con un gin-tonic y un canuto bien cargado.

(Alguna ventaja debe tener que mi empresa tenga contratado a medio Marruecos)

domingo, enero 15, 2006

Confirmado

Te dije que este fin de semana me verías el pelo.
También te avise que peinaba canas.

Aquí tienes la confirmación de las dos cosas



 
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miércoles, enero 11, 2006

¿Crisis, what crisis?

Estábamos manteniendo una conversación vía Chat. Después de un rato la charla superflua había dejado paso a un tema un tanto mas “profundo”

Yo me encontraba frustrado por no poder explicarle en pocas palabras mi estado de animo.
Cierto video, (gracias por hacerme sentir tan viejo, Deyector) me había situado en un bucle espacio-temporal y me hallaba en pleno flash-back. Alguna vez te ha pasado a ti. Estoy seguro.
Escuchas una música, ves una foto, quizás un olor... Algo hace clic en tu cerebro y de golpe te remontas quince o veinte años atrás en el tiempo.

Y al volver te encuentras con un estado de ánimo raro, con un sabor agridulce en la boca.

-Pero tú no eres tan mayor, dijo ella.
-No soy tan mayor, pero ya tengo una edad.

Una gilipollez como respuesta rápida

¿Has intentado alguna vez explicar un estado de animo en un Chat?
Es como intentar poner en orden tus pensamientos en un solo segundo. Sabes que la otra persona esta ahí, esperando. Mirando una pantalla en blanco, esperando una respuesta. Y tus dedos van exageradamente lentos. O escriben algo, que no es exactamente la idea que quieres expresar. Algo que no te acaba de sonar del todo bien.

Lo que de verdad me pasaba por la cabeza era esto:

No soy tan mayor, pero ya empiezo a tener una edad. Ya peino canas.
(Este fin de semana te lo demuestro)
Y empiezo a poder mirar hacia atrás con ¿nostalgia?, ¿emoción?
No. En verdad no es ninguno de estos sentimientos, por que con cualquiera de los dos que use, estaría dando a entender que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Y esto no es así.

Ningún tiempo pasado fue mejor.
¿La infancia?, demasiado inocente.
¿La adolescencia?, demasiado turbulenta.

No echo de menos recorrer Europa en tren con los colegas, no echo de menos ningún tipo de aventura, ya tuve bastantes...
(Te puedo asegurar que vi más Europa de la que en verdad deseaba)
Se que ya no voy a hacer ningún tipo de locura de juventud, no tengo ni el cuerpo, ni la presencia de animo necesaria.


El caso es que se quedo en nada. Una respuesta corta, fácil y ramplona.
Una especie de “conversación interruptus” por culpa de falta de agilidad en los dedos.


Al final cambiamos de tema. Para profundizar en algunos temas te hace falta tiempo.

La sesión de introspección de después de desconectar fue de las que hacen dar muchas vueltas en la cama, con los ojos como platos y con el cerebro trabajando a tope.

He aquí algunas de las conclusiones de una noche de insomnio.


- He consumido ya más de un tercio de mi esperanza de vida.
Más o menos, salvo finales imprevistos.

-Tengo descendientes.
Hace pocos años me hubiera echado a reír un buen rato si alguien hubiera dicho algo así.

-De aquí en adelante mi cuerpo ya no será nunca lo que fue. Aunque este sano (mas o menos) los huesos ya empiezan a doler en los días húmedos.

-Cualquier exceso (sexo, droga o rocanrol) que cometa a partir de ahora, lo pagare caro. Sea agujetas, resacas o rotura de caderas.

-Tendría que empezar a pensar en planes de jubilación y testamentos...
(Nunca se sabe)

PD: Suerte en tu vida completa. Que encuentres pronto tu tejado rojo...

sábado, enero 07, 2006

Venceréis, pero no convenceréis.

Anoche, no conseguía coger el sueño, y me dedique a escuchar la radio. El caso es que haciendo zapping por el dial, paré en la COPE. Sobre las dos de la mañana suelen hacer un programa de cine que me gusta. Pero no soporto las noticias que dan. Me da la impresión de viejos tiempos.

Hablaban sobre la manifestación organizada por el ayuntamiento de Salamanca por lo de los famosos papeles. Según ellos un éxito. Y del lema principal utilizado:
-VENCEREIS, PERO NO CONVENCEREIS.
Frase utilizada por Unamuno. Pero en otro contexto.
Entiendo que los descendientes del citado profesor protesten.

No pretendo hacer política. Allá cada uno con sus ideales. Me da lo mismo que seas de izquierdas o de derechas. Me da igual mientras respetes ciertas normas de juego. Lo que me jode son las formas. No es lo mismo tener unos lideres educados y que demuestren un poco de respeto por el cargo que representan, que lo que tenemos nosotros.
Pongamos de ejemplo a Don Miguel de Unamuno, rector de la Universidad de Salamanca y al general Millán Astray, fundador de la Legión.

Situémonos.
Octubre del 36. El día 12 se celebra en la Universidad el Día de la Raza. A tan importante acto acuden, entre otros Millán Astray, José Maria Peman y Carmen Polo.
En el discurso oficial Millán Astray, ataca a los nacionalismos catalanes y vascos a los que define como “canceres en el cuerpo de la Nación” y algún exacerbado lo aclamo con un “viva la muerte”, lema de la legión. Al final del discurso, Millán se despidió con un sentido grito: “España, una. España grande, España libre.”

Llego el turno del entonces rector de la universidad, Unamuno.
(Aquí cito textualmente algunos de sus párrafos)

“Quiero hacer algunos comentarios al discurso -por llamarlo de algún modo- del General Millán Astray... Dejare de lado la ofensa personal que supone su repentina explosión contra vascos y catalanes. Yo mismo, como sabéis, nací en Bilbao. El Señor obispo...
Es catalán, nacido en Barcelona”

Acabo de oírle proferir el necrofilo e insensato grito, (viva la muerte)...

El general Astray es un inválido. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero desgraciadamente en España hay actualmente demasiados mutilados. Y si dios no nos ayuda, pronto habrá muchísimos más. Me atormenta el pensar que el general Astray pudiera dictar las normas de la psicología de la masa. Un mutilado que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes es de esperar que encuentre un terrible alivio viendo como se multiplican los mutilados a su alrededor.

El general, llegados a este punto no pudo aguantarse y lo interrumpió con un grito.

“¡Abajo la inteligencia! ¡Viva la muerte!”

Unamuno callo, miro al general de arriba abajo y contesto:

Este lugar es el templo de la inteligencia. Y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis por que tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitareis algo que os falta:
Razón y derecho en la lucha.

Después de esto, Unamuno permaneció bajo arresto domiciliario el resto de su vida.


Después de leer el contexto en el que Unamuno dijo la citada frase, entiendo que sus descendientes protestaran...

Actualización a 7 de enero.
Observo asombrado como empieza el ruido de sables...

martes, enero 03, 2006

Esto, para compensaros lo de antes

Hace mucho tiempo (bla, bla, bla...), se estreno una película de ciencia ficción que causo furor. Los efectos especiales ahora nos parecen un poco chungos, pero contaban con actores bastante buenos...

Y con Mark Hamill.

La siguieron una segunda y una tercera película –que en realidad eran la quinta y la sexta- y, aunque no eran tan buenas, también resultaron muy divertidas (especialmente cuando las tropas de asalto imperiales freían a los ositos de peluche esos). Justo cuando nos habíamos olvidado de ellas, aparecieron la primera, la segunda, y la tercera; que, seamos honrados, son mas malas que pegarle a un padre con un calcetín sudado, aunque los efectos especiales están de lo mas apañadito.

Era inevitable que se hiciera una parodia. Y aquí esta.

Una saga épica narrada en seis episodios. Una saga épica del bien contra el mal, de la luz contra la oscuridad, de copilotos peludos y gurús verdes y achaparrados, de peinados horteras y de robots de latón o con forma de supositorios para dinosaurios. Una saga épica que empieza por la mitad, como la original...

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Comprenderás que con esa contraportada, fuera imposible aguantar la tentación de comprarlo. Estaba ahí, perdido entre un montón de libros sobre templarios, códices, enigmas y otras tonterías de autoayuda....
Total, que para el carrito...

Y tiene puntos muy buenos, los sables láser son en realidad tubos fluorescentes, Chebacca afeitado (juas) Quien es en realidad yoda (sorprendente).
Seguro que si te gusta la saga de Star Wars pasarás un buen rato leyendo

STAR WARPED, la juerga de las galaxias.

Un tostón sobre mis herramientas

En la empresa se han vuelto locos, hoy me han dejado esto para que me entretenga toda la tarde. Viene equipado con una caja Geesink y cambio automático.
Se trata del último juguete que ha comprado la empresa. No tendrá más de un mes. Y a día de hoy, solo mil y pico kilómetros.

Lo que sigue son las divagaciones de un enfermo mental, así que no le hagas mucho caso a lo que leas... (Avisado estas)


El camión es una gozada, lastima del cambio automático.
El cambio es de los que suelen utilizar los autobuses urbanos.
Para otro tipo de trabajos supongo que estará muy bien, pero para este no.
Me explico, el cambio tiene tres posiciones, es el típico cambio que has visto en las películas y en los coches americanos.
(N. del A. es la primera vez que cojo un cambio de estos, a lo mejor es la ostia y yo no lo se utilizar)
Botón R, marcha atrás.
Botón N, neutro, punto muerto.
Botón F, marcha hacia delante.
Hasta aquí bien. Pongámonos en marcha. Arranco. Pulso F y suelto el freno de mano. El camión se pone en marcha sin la más mínima sacudida ni tirón. Sucesivamente se van engranando la segunda, tercera y así hasta llegar a la sexta. El problema es que las tres primeras velocidades patinan. Y de una forma escandalosa. El cuenta revoluciones sube de una forma alocada y acabas controlándolo con el pedal del acelerador, con lo que pierdes empuje y no solucionas nada. Por que hagas lo que hagas, sigue patinando.

Te encuentras con el motor girando por encima de las dos mil vueltas, con el consiguiente consumo alto y sufrimiento del motor. Con un cambio manual no suelo salirme de la zona verde, y el régimen de giro habitual, no supera las mil quinientas vueltas.
De tercera en adelante el problema se soluciona. La cuestión es que por mi trabajo, hago trayectos muy cortos y una vez metido en el tajo, rara es la vez que me hace falta engranar la cuarta.
He estado toqueteando el ordenador de a bordo y me salen unos consumos de alrededor de SETENTA litros a los cien Km.
Aunque parezca una exageración, no lo es tanto. Y menos teniendo en cuenta que en según que servicios y según las manos del que los lleve, los otros camiones llegan al litro por kilómetro (hay que tener en cuenta que se trata de trayectos exclusivamente urbanos y sin pasar de cuarta y hay que sumarle el gasto producido por la toma de fuerza, la pala compactadora no para en toda la noche)

El caso es que sin duda alguna, con un cambio manual, la cosa mejoraría bastante. Pero a ver como se lo explicas tú al jefe. Jefe que se ha gastado una pasta pensando que va a ahorrar en embragues (actualmente duran solo unos cincuenta mil kilómetros). Me da la impresión de que va a ser mas caro el collar que el perro.

La caja geesink es una gozada. A esta no se le puede poner pegas. Y encima me han puesto una tele. Una tele que va conectada a una cámara encima de la prensa con la que tengo controlados a los peones. La cámara viene equipada con infrarrojos con lo que no le afecta la oscuridad.
Lástima que no la hayan puesto más hacia fuera, para poder controlar las estriberas en las maniobras en las que necesitas pegarte mucho a lo que tengas detrás.

En fin, ya os he soltado el tostón. Si has visto algo con lo que no estés de acuerdo...

reclamaciones al maestro armero.


B.S.O: Janis Joplin My Mercedes Benz

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