aventuras en la jungla de mi vida

Aprovechando la distracción del macho dominante de la manada, preocupado por procurar el alimento para su grupo, ella se escabullo. Se distancio sigilosamente del adulto responsable de su cuidado y se oculto detrás de un saliente.
Se dio cuenta de la agradable sensación que le proporcionaba el estar sola. Un sentimiento de libertad recorría, como una descarga eléctrica, cada una de sus terminaciones nerviosas.

De repente un recuerdo acudió a su cerebro. Ella rememoro como las hembras adultas de su grupo actuaban en un antiguo rito de limpieza y cuidado de sus hermosas pieles. Poco a poco, bamboleándose, presa de una extraña embriaguez producida por la excitación del momento, se acerco al lugar donde solía practicarse el rito.

Rebusco por los alrededores, siguiendo un extraño instinto. Hasta que lo encontró. Al fin estaba a solas con el objeto. Sus torpes garras lo manosearon, buscando una forma de abrirlo, pero se le escurría. Armada con toda la paciencia del mundo, insistió. Aquel era su momento, era ahora o nunca. Tenia que abrirlo como fuera.

De pronto, al limite de sus fuerzas y pensando ya en abandonar, escucho un ¡pop¡ Bajo poco a poco la vista y un esbozo de sonrisa ilumino su cara. Lo había conseguido.

Observo el interior del objeto. No era la primera vez que lo veía. Incluso alguna vez le dejaron aplicárselo sobre la piel. Aun recordaba aquel olor particular y suavidad de su tacto.

Decidida, hinco sus garras en el producto y se lo aplico con el placer que produce hacer algo que sabes que esta prohibido. Las garras, el hocico y por todo su pelaje. No se olvido de ninguna parte de su cuerpo.

Cuando de golpe, escucho un ruido. Se giro rauda a comprobar el peligro y...

-MERITXELL¡¡¡¡¡¡¡¡ AAAAAAAAAAArrrrrrrrrrrggggggggghhhhh¡¡¡¡¡

- Pero se puede saber que haces????Es que no me puedo distraer ni cinco minutos sin que nos metas en líos?????

- Ya veras tu madre cuando llegue. Cuando vea lo que has hecho con su nivea, nos mata

-A ver como le explico que me he despistado un momento de nada, preparando la comida.

- Ven aquí, que te limpio. Que pareces un montón de requesón con ojos.

Amigos, que bonito es esto de ser papa