grandes momentos musicales

tengo que relatar hoy un punto de inflexión en mi vida. He tenido una visión.

Todo empezó dos semanas antes:

Mujer: Nene, el sábado es el cumpleaños de la niña. Habrá que hacer algo.

Autor: ¿Como quedarse en la cama todo el día, y no responder al teléfono ni al timbre?

M: A veces pareces tonto.

A: ¿Solo a veces?

M: Mmmmm.... Ya está, como el año pasado. Barbacoa.

A: Que original.....

A: ¿A esa barbacoa vienen de serie todos los familiares?

M: Por supuesto..... Pero solo los imprescindibles.... pocos, ya lo veras

Me pase toda la semana soñando con familiares que me amenazaban con trozos de carne sangrienta, mientras esparcían miles de juguetes por el suelo de un comedor que yo estaba condenado a recoger para siempre. No se por que, siempre me levanto de tan buen humor....

Pero, amigos todo llega...

Mientras estuvimos solos, la cosa fue bastante bien. Solo tuve dos infartos a causa de hinchar globos de una forma exagerada, acompañados de la agradable sensación de sufrir dos hernias discales por cargar peso moviendo tablones y bobadillas para fabricar los bancos.

Sobre media tarde aparecen mis padres y el timbre sonó como las campanas de un entierro. (del mío). Con ellos vienen el pseudo-jipi y dos extrañas adolescentes de las cuales una, no recuerdo bien cual, dice que es mi hermana. Todos bien.

Un cubata, acompañado de una excursión al huerto y dos discusiones después, empezaron a llegar todos los demás invitados. Besos y abrazos a todos y a todas, escena de presentación del monchito a la familia (el monchito es el novio de mi cuñada, merece post aparte) y escena de regalos.

De los que me escaquee, como un perro, con la excusa de acabar de preparar el patio y enseñar el huerto (genial idea) a los integrantes masculinos de la tribu.

Sobre las ocho empecé los extraños rituales que hacen falta para encender la barbacoa, Dibuje el pentaculo en el suelo, escribí los antiguos arcanos alrededor, invoque a dioses inmundos, cante viejos himnos ya casi olvidados y prepare la parrilla.

Solo quedo la cosa en quemaduras de segundo grado en las yemas de los dedos y media ceja que desapareció de forma muy original. (Aplausos del público incluidos)

La situación era cuanto menos estresante, preparar la carne, servir bebidas, atender a la gente, obedecer las órdenes de mi jefa y tener a la gente contenta no es muy fácil que digamos. Menos mal que puedo poner el cerebro en modo “ahorro de energía” y mantener a la vez conversaciones triviales (son muchos años de entrenamiento en el curro)

Durante la comida, como la gente masticaba con fruición (ya habían dado las nueve) la cosa se mantuvo en relativo orden. No fue necesaria la intervención de los GEOS. Los cafés fueron bien y ¡¡¡¡¡Por fin pude deshacerme de la extraña botella de nosebienqué que vino en la panera de la gollum ¡¡¡¡(mi cuñada)

Pero llego el momento amigos. El momento genial por el que habéis llegado leyendo hasta aquí. Los que me conocéis sabéis que esto no podía pasar así .Todo lo que me rodea debe tener un halito de extrañeza o surrealismo. Si no fuera así, no estaríamos hablando de mí.

Ahí va la perla:

Alguien puso:

UNA VERSION DE LA MUSICA DE TITANIC EN PASODOBLE.

Y no salí corriendo de milagro. Aguante allí como un machote. Petrificado y presa del mas absoluto terror que había conocido en mi vida. Yo que creía que después de enrique iglesias no había nada.

Increíble. No tengo palabras.