tecleando

Es absurdo¡¡¡
No puedo escribir nada. Y se que no es por dejar el tabaco. Me parece que me estoy obsesionando. Pero es que me pongo un rato delante del teclado y no me sale nada.
O al menos nada que me guste.
Y aunque mi razón me dice que no puede ser, mi alma me asegura que es por el tabaco.
Ya lo he probado todo.

Me acabo de acordar de una peli que me gusta mucho, de esas que cada vez que las reponen por la tele, me quedo enganchado a ella.
“Descubriendo a Forrester” Una historia de amistad, con toques literarios y banda sonora de Miles Davis. Uno de los protas, Sean Connery, esta enseñando a un chaval joven a escribir. Y uno de los consejos es el siguiente.
Siéntate y escribe.

Y eso voy a hacer.
Lo que vas a leer a continuación es el resultado. (si sigues adelante, es bajo tu responsabilidad)

Da igual que no tenga nada que decir. Ya saldrá. Y si no, otro día será. Que hay más días que ollas y más ollas que longanizas
En el hipotético caso de que tenga una idea, que me pille delante del teclado. Y si no la tengo por lo menos voy cogiendo velocidad con las teclas, nada más que por el mero hecho de escribir mucho.
Que buena falta me hace.
Muchas veces, estoy con las musas en plan buen rollo y no soy capaz de aprovecharlo, nada más que porque las ideas se me agolpan en la cabeza. Se amontonan ahí, justo detrás de la lengua y allí mueren aplastadas. Unas sobre otras. Por falta de velocidad tecleando. Que lo de escribir con dos dedos no esta bien. Que tengo que aprender a escribir rápido si quiero escribir artículos de los que me gusta leer. De esos densos y con la letra muy junta. De esos cabrones que me dejan media hora mirando la pantalla con ojos como de chino. De los que al día siguiente tengo que ir a la óptica a graduarme otra vez las gafas. Por que la radiación del monitor me ha quemado una dioptría y media mientras leía el dichoso post.

O es eso, o escribir como jorge.

Pero yo no tengo cerebro como para eso.