miércoles, diciembre 14, 2005

Historias de quirofanos

Esta es la tercera vez que me pongo a intentar escribir algo. No se que saldrá. Ahora los nervios han pasado. Solo queda la certeza de una larga tarde y noche por delante.
Levanto la vista de la libreta y compruebo por enésima vez en lo que va de hora, que el suero cae a su debido ritmo. Gollum sigue todavía de juerga con Morfeo. Los restos de anestesia hacen que no este del todo despierta, pero tampoco esta del todo dormida. Se mantiene en el estado de semi-inconsciencia que experimenta uno cuando en sueños escucha una sirena, que resulta ser la alarma del despertador.
No la han operado de nada serio. Tenía un ligero problema de sudoración excesiva en las manos. No era grave, pero si extremadamente molesto.
Le sudaban las manos de una manera exagerada, le sudaban de una forma que, cuando le estrechabas la mano, te daba la impresión de que habías cogido un lenguado de medio kilo.
El termino medico correcto es hiperhidroxia.
¡La doctora! Ahora vuelvo.


Todo bien. Han sido dos pequeñas incisiones debajo de las axilas, han colapsado los pulmones y han seccionado las terminaciones de los nervios simpáticos. Traducido al castellano es que la han rajado en los sobacos, han dejado los pulmones del tamaño de dos mandarinas y han tajado dos nervios.
Hay que ver lo que hacemos los mecánicos...

Durante esta tarde/noche probaran que beba algo de líquido y si lo acepta bien le quitaran el suero.

Bueno, al turrón, que me voy por las ramas. La cosa ha ido más o menos así.

Me levanto a las ocho, visto a la niña, pasó de peinarla y la dejo en casa de mi madre.
Corriendo para el hospital
Cuando llego allí, me doy cuenta de que el único recado que tenia, lo único de lo que no me podía olvidar, me lo he dejado. Y de paso, con mi olvido, he dejado a la Gollum sin toallas... (Empezamos bien)

El quirófano, se ve que esta mas solicitado que el conejo de la Loles. Tenía que haber bajado a las diez de la mañana, son las once y media y no la han bajado todavía.
Ella esta nerviosa. Nerviosa y aburrida de esperar. La han vestido con una de esas ridículas batas de hospital que te dejan con el culo al aire. No se atreve a moverse de la cama. Esta en un estado de ansiedad que la obliga a hablar de lo que sea, no vaya a ser que al estar callada le de por pensar y se acuerde de que la van a rajar en unos minutos.
Habla que te habla, sale el tema del Tetris, ese pedazo de juego al que toda persona de bien ha jugado alguna vez. Que ella tenia uno y que se pegaba horas enganchada.
¡ZAS! Idea de perrito piloto.
Recuerdo que al lado del hospital hay una tienda de segunda mano, bajo corriendo, compro una Game Boy, el Tetris y un transformador. Subo corriendo a la habitación, todo ilusionado y cuando llego a la habitación, resulta que se la han llevado (bien, y van dos)
Las once y media, las doce y media, la una y esperando noticias. Muerto de hambre. Con las prisas, esta mañana no desayuné esta mañana. Cuando ya estoy pensando en el auto-canibalismo como opción alimenticia, el abuelo se ofrece a quedarse allí, mientras la jefa y yo echamos un bocado.
Justo al lado de la tienda de segunda mano, hay un chino. Allí nos vamos de cabeza. Nada mas sentarnos y servir el “Lollito de Plimavela” nos llama el abuelo, que esta hablando con la cirujana.
(Bien, con esta ya van tres, hoy te estas cubriendo de gloria, muchacho)

De perdidos, al rió. Comemos como los patos (sin masticar) y salimos disparados hacia la habitación. Cuando llegamos arriba, el “aloz tles delicias” esta como los ascensores del hospital, de arriba abajo. Mi parienta se encuentra en un estado todavía peor que el mío.
Nos sentamos y a esperar. A la media hora (justo cuando me estaba durmiendo) la suben. Todo bien. A todo esto son ya las cinco de la tarde.
Nos situamos todos alrededor en silencio alrededor de la cama y nos dedicamos a observar como da vueltas la aguja del segundero del reloj de la habitación.
A las seis estoy ya loco perdido. Decido subir a casa, ducharme (a esas alturas del día ya huelo, concretamente huelo mal) y comer algo.
Llego a casa, enciendo la calefacción y me sorprende el hecho de que después de pasar por mis manos, arranque sin problemas. A la primera. Me ducho, me visto, preparo las toallas que olvide por la mañana, pillo pasta para el parking de la bestia, y para el hospital otra vez. Nada mas salir por la puerta, me doy cuenta de que no he cogido nada para comer. Media vuelta, entro en la cocina y agarro lo primero que encuentro (media caja de neulas reblandecidas) y otra vez al coche.
Cuando llego al hospital, me doy cuenta de que del párrafo anterior a este, solo ha pasado una hora, mi velocidad es asombrosa.
Cuando llego, la jefa y el abuelo se van. Me dejan solo con la Gollum. Preparo el campamento para pasar la noche allí, contando las gotas que van cayendo de la botella hacia la arteria de la Gollum.
A eso de las ocho, le traen la cena (si es que a eso, se le puede llamar cena) La Gollum se dedica a juguetear con el tenedor, desmenuzando la comida. Se aplica tan bien, que cuando termina de comer, parece que hay mas comida en el plato que antes.
Pero algo comió. De eso estoy seguro. Lo digo por que me toco aguantarle la palangana mientras imitaba a la perfección a la niña del exorcista.
¡Que divertida puede llegar a ser la recuperación de la anestesia!
Al rato me comenta que tiene la necesidad imperiosa de ir al lavabo. Le recomiendo que se espere un momento. Lo justito para que me de tiempo a consultarle al orco disfrazado de enfermera que rondaba por allí. El orco me contesto en una lengua que enseguida reconocí como Uruk-hay. No sin esfuerzo, conseguí descifrar que se esperara, que ahora iría ¿ella? a quitarle el suero.
Al cabo de lo que a mi me pareció seis horas y a la Gollum doce, se lo quito. Momento que aprovecho la Gollum para salir disparada al lavabo. Cuando volvió, traía mala cara. Haciendo gala de la buena educación que ha recibido y en un alarde de buenos modales me dijo:
-¡Tarado, tráeme la palangana otra vez! ¡Deprisa!
Orden que obedecí a toda pastilla (a esas horas, las mujeres de la limpieza del hospital han desaparecido y la que queda de guardia, o bien es sorda o bien ha sido misteriosamente abducida por extraterrestres, con lo cual me imaginaba limpiando el temita, de ahí mi prisa por obedecer)
Viendo que ya eran las doce de la noche, que le habían retirado el suero y que ya no le quedaba nada en el estomago que pudiera vomitar, decidí marcharme a casa.
Me despedí de mi cuñada burlándome un poco mas de ella, pobrecilla.
Os aseguro que el único malo de esta película soy yo, por describírosla de esta manera.
Bajo al parking, pago una cifra asombrosamente alta para poder rescatar a la bestia de la tenebrosa caverna donde se hallaba estacionado, me monto, arranco y "cap a casa, hi falta gent".
¡Como me gusta conducir a esas horas! Dentro de la ciudad me cruce solo con dos coches.
Cuando me voy a incorporar a la carretera, solo veo dos luces allá en la lejanía. Me incorporo a la carretera y justo al hacerlo me doy cuenta de que el payo venia rapidillo. Venia por lo menos a ciento cuarenta Kmh., en una carretera limitada a sesenta, por la que yo suelo circular a cien por hora.
Se me pega al culo de una forma tal, que siento un agradable calorcillo en el cuello, producido por la cercanía de sus faros a mi cogote.
El tío viene haciendo ráfagas en plan italiano. Todo aquel que haya estado en Italia sabe a lo que me refiero. Los madrileños en comparación, conducen tranquilamente.
El caso es que me toca los que no me suenan. Y bastante, además.
Por el tipo de faros, diría que se trataba de un VW Golf. El caso es que lo lleve pegado mientras duro la recta. En cuanto llegaron las curvas, le demostré que yo tengo el doble de co**nes y la mitad de cerebro que el.
Para una vez que me monto solo en la bestia y no tengo otros coches delante, lo disfrute.
Al final me supo hasta mal cebarme de esa manera con el pobrecillo. La bestia, de origen era un TDI de cien caballos, después de ciento ochenta mil kilómetros, le quedan vivos unos cincuenta, mas el burro que los conduce. Pero como me conozco el tramo de carretera tan bien como la anatomía de mi mujer, a la que empezaron las curvas lo deje tirado como una colilla.
Llegue a casa con la misma cara que Fernando Alonso al ganar el mundial de F1.
Incluso tenía una erección.
Erección que se bajo de golpe al ver a la pequeña Gremlin durmiendo en la cama de matrimonio.
Así que me calenté un plato de sopa, chateé un ratillo y me fui a dormir al cuarto de la Gremlin.
Con treinta años y durmiendo en un saco con los dibujos de los Lunnies estampados en el.
Que vergüenza como se entere alguien.

P.D:
Se que lo de las carreritas no esta bien. Pero que forma de disfrutar, saliendo de las curvas con el coche subvirando como un loco.
Esto esta escrito a retales. Empecé ayer cuando me aburrí de contar las gotas del suero, lo he terminado hoy entre semáforo y semáforo, en la cabina del camión.

12 Comments:

At 12/15/2005 12:01 a. m., Blogger happyhamsterhop said...

Eres un autentico cielo, Jota...

Eso de ir corriendo a sacar un tetris de donde sea...


bona nit

pd:que vaya todo bien con la operada...

 
At 12/15/2005 12:03 a. m., Blogger Guillermo said...

Buena forma de contar la historia, mira que es largo el parrafo y hay que ver lo corto que se me ha hecho, jaja siempre sacas humor de donde no parece haberlo.
Ya nos contarás como va mejorando la Gollum
¿Te llamó tarado??? ¿y tu eres el malo?. Santo barón Jota

 
At 12/15/2005 12:25 a. m., Blogger Deyector said...

Merece que le administres el trtris por vía rectal, tu yenco a comprarselo a la carrera y te llama tarado...

 
At 12/15/2005 12:26 a. m., Anonymous Anónimo said...

Me alegro de que todo haya salido bien. Y no te preocupes que lo de los lunis no sale de aquí... no se va a enterar nadie nadie ;)

 
At 12/15/2005 4:46 p. m., Blogger havemus said...

Aisss... que me troncho...

Bueno, ahora que sé que todo ha salido bien...

Piensa en enmascarar tus historias y puedes acabar haciendo un libro...

 
At 12/15/2005 6:31 p. m., Blogger Wardog said...

Juer. Pues sí que se gasta humor bueno después de la anestesia!!
Eso sí, nada como desquitarse disfrutando con en coche, eh?

 
At 12/15/2005 7:02 p. m., Blogger Wendyqueridaluzdemivida said...

Los orcos nunca estan cuando se les necesita...
¿como está la criaturita?

 
At 12/15/2005 8:05 p. m., Blogger Mr.Incógnito said...

Jornada digna de ser llevada al cine, las cosas se empeñan en ponerse extrañas de cuando en cuando.

 
At 12/16/2005 12:15 a. m., Blogger CCD said...

Me ha recordado a "Jo, qué noche", la peli de Scorsese de un tipo al que todo le sale mal, y cuando parece imposible le sale aun peor...

Nada, tío, que me alegro de que la cosa haya salido bien, y dale un caponcillo a la Gremlin de mi parte.

 
At 12/16/2005 1:34 a. m., Blogger cinodo said...

Respecto... "a me hago pasar por" (juego de Bito):
gracias Jota... estaba preocupada de no haber estado a la altura. Primero tuve que olvidarme que soy mujer, segundo, vivo y soy de un país de Sudamérica...se llama Chile. y algunas otras cosas que me hacía ver el mundo de una perspectiva muy distinta de la tuya...
Luego de haberlo hecho...me pareció un placer tratar de vivir y pensar cercanamente a lo que es tu vida.
Fue realmente un gusto.

 
At 12/16/2005 11:25 p. m., Blogger Flu said...

xD

Saludos a la pobrecica, que lo debe de haber pasado mal...

Y al pobre payo, que también...

 
At 2/08/2007 3:18 a. m., Anonymous Anónimo said...

Excellent, love it! » »

 

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